La historia del Club se alimenta de hechos, situaciones y anécdotas que, en general, se refieren al pasado, ya que al haberse vivido y comprobado, permiten que se conviertan en parte de ella por ser fieles exponentes de la personalidad y espíritu del Club.
Sin embargo hay cosas que suceden en el día a día, que comienzan a ser parte de esa historia por el contenido que tienen y el efecto que tendrán en las próximas generaciones de Socios, quienes serán los encargados de mantener y enriquecer cada momento futuro, que luego será parte de la historia del Club. Creo que ya comenté, esto hoy también lo hago en nombre de muchos de mis amigos más grandes que lo han mencionado varias veces, la agradable sorpresa y el orgullo que me han provocado actitudes y comentarios hechos por los chicos que hoy son parte del Rugby del Club. Mencioné algunos nombres: Panchito y Tomi Cubelli, Kikin Luchetti, Tincho López Isnardi, el Oso Galli, Gancho Falcón, Nico Santurio, Pepe Olivari, Lisandro Arbizu, Willy Tramezzani, Aguja Gómez, Sebastian Gastaldi, Cabezón Magneres y tantos más que no menciono, para no hacer esta lista interminable. En todos estos casos, y en los que no figuran pero siguen la misma línea, la característica principal es la educación y el respeto que muestran en cada ocasión que alguno de nosotros se cruza con ellos. Siempre tienen una actitud amable y de simpatía para acercarse y saludarnos y, hasta con envidia lo digo, se acuerdan de nuestros nombres y los mencionan. Incluso al terminar los partidos y vernos alentándolos al salir, no importa el resultado, siempre tienen una sonrisa para nosotros. Esto se repite en todas las divisiones del Club, ya que tuve la suerte de ver infantiles y juveniles jugando o en entrenamiento, y la situación es igual en todos los casos. Cuando pasan los años y los que estuvimos tantas horas viviendo el Club como nuestra propia casa vimos pasar tantos amigos, nos entusiasma sentir que la historia se seguirá escribiendo con orgullosa y sana tradición, ya que los que nos van a suceder son resultado de las semillas que se sembraron el primer día, en 1896, con el deseo de formar buenas personas y grandes deportistas.
Horatius
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