jueves, 4 de junio de 2015

Tomi cuenta su experiencia en Barbarians


BarbariansGetty ImagesEl medio scrum formado en Belgrano tuvo su tercera gira con Barbarians
BUENOS AIRES -- Llegué el lunes a la Argentina luego de mi tercera experiencia en los Barbarians. Tuve la suerte de poder participar en los partidos de junio y de noviembre del año pasado y, ahora, me tocó estar nuevamente convocado para estos dos últimos, contra Irlanda XV e Inglaterra XV.
La realidad es que ser parte del mundo blanco y negro es algo muy enriquecedor en lo deportivo y también en lo personal. Lo diferente a otras giras es que se vive un ambiente mucho más relajado y descontracturado, que ponen a la persona por encima del jugador. Y eso está bárbaro -nunca mejor dicho-. Se disfruta mucho. Es cierto que si nos enfocamos en lo netamente deportivo, el resultado no fue del todo bueno, porque Inglaterra nos goleó en el último partido (73-12). Pero insisto, aunque el jugador quiere ganar siempre, juegue en el equipo que juegue, un mal resultado no empaña la fabulosa experiencia. Porque si bien son pocos días, se puede aprender mucho. Y a eso, además, hay que sumarle un detalle no menor: pude llevar las medias del club que me formó: Belgrano Athletic.
Justamente mencionando esto, se me viene a la cabeza la charla que nos dio el capitán Alistair Kellock en el partido del año pasado. Dijo que, probablemente, durante los 80 minutos, en algún momento, nos íbamos a sentir cansados y desorientados por el poco tiempo de trabajo en equipo y, también, por la falta de conocimiento entre nosotros. Pero remarcó que, en esos momentos, lo que teníamos que hacer era volver a las bases, y que nosotros las llevábamos puestas en los pies. Que cuando nos encontráramos sin respuestas en la cancha, miráramos nuestras medias porque ellas nos iban a saber guiar. Porque en ellas estaba representada toda la gente que nos ayudó a ser parte de ese partido tan especial. Jugadores, compañeros, entrenadores de la infancia, todos los que de alguna manera u otra colaboraron para que seamos los jugadores que somos hoy. Me gustaron muchos esas palabras. Me sorprendió cómo en un ambiente tan profesional se hacía mención a las bases de este juego, que en la Argentina son tan significativas para todos.
Volviendo a la última experiencia con los BaaBaas, cuando terminó el partido, y en varios momentos más, intenté entender por qué la diferencia con Inglaterra XV fue tan grande. Creo que el cansancio de la semana se notó: se viajó entre medio, se jugaron dos partidos en tres días y, además, nos encontramos con un equipo inglés muy duro, donde se notaba que los jugadores se querían mostrar pensando en ganarse su lugar en el Mundial. Igualmente, no es excusa, el rendimiento en el último partido no fue bueno. Y punto.
Como les conté, esta fue mi tercera participación en el combinado. Lo increíble es que siempre pude estar rodeado de amigos argentinos. Tanto en la primera aventura como en la última estuve rodeado de ellos. Estando tan lejos de tu casa, siempre es bueno, positivo, tener a alguien cercano que camine por la misma vereda que vos.
Otro punto que te motiva el doble es compartir plantel con grandes jugadores extranjeros. Yo nunca jugué en clubes del exterior, por lo que siempre, en giras, estuve incluido en equipos formados totalmente por argentinos. En Barbarians fue otra cosa, pude compartir momentos fuera de la cancha con enorme jugadores y compañeros; leyendas de este juego, de los cuales pude aprender mucho a pesar del poco tiempo juntos.
Compañerismo, amistad, experiencia, exigencia, valores, historia. Todas palabras que rodean a las vivencias de este tipo y que se ensamblan a la perfección al espíritu barbarian. Ojalá pueda volver a ser parte de este sentimiento blanco y negro.

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