Eso cuenta Juan Aizpún, ¡pilar! de la Preintermedia A de Belgrano, que asumió la responsabilidad y le pegó a la guinda con clase y maestría para darle la clasificación al Marrón a la final de la categoría luego de una infartante y sofocante definición por penales. Un Gordo bueno. |
“Que de la mano, del Gordo Aizpún, todos la vuelta vamos a dar…”. Así, vitoreado, alabado, el buenazo de Juan Aizpún salía de la cancha, solicitado, también, por los flashes y los pedidos de notas. Acababa de darle, con un toque sutil de derecha y cara interna, la clasificación a la final de laPreintermedia A de su querido Belgrano. Ironías del destino, en la infartante definición, bajo un calor sofocante, en ambos equipos fallaron sus mejores pateadores. Sin embargo, a Aizpún no le tembló el pulso (las piernas en realidad) y se hizo cargo del tiro decisivo: “Preguntaron quién quería patear y dije ‘yo’. Pedí patear, me tenía fe”, explica mientras Hernán Olivari, un histórico recuperándose de una lesión que lo marginó buena parte de 2012 y anduvo sumando minutos en la Pre, asiente y, además, lo felicita. “No pensé en nada, iba mirando la pelota”, cuenta Juan sobre esos diez, quince metros mientras caminaba con el sol radiante a sus espaldas desde la mitad de cancha hacia la guinda, que entró limpita por el medio de la hache y desató el alocado festejo, el “premio al esfuerzo que venimos haciendo”, según sus escuetas y medidas palabras. Por Ignacio Mango (@nachomango) Fotos: Emiliano Raimondi Para www.aplenorugby.com.ar |
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