Recuerdo que sentí esa extraña sensación de estar completamente perdida, y no me sentía así desde la última vez que me perdí en un shopping a los cinco años. Así llegué, con mi grabador, el cuaderno y una lista de dudas, a mi segundo partido de rugby como periodista. Entre tanta confusión no recuerdo bien quién fue pero alguien me dio el comienzo de una mágica solución: “Buscalo al Ronco que te va ayudar”. ¿A quién? me pregunté, pero me acordaba el apodo. En eso, entre tanta gente, una sonrisa brillante, una mirada sincera y educada, me respondió: “Sí, qué necesitás”. Fue un alivio. Con paciencia, y sin reírse de mis preguntas que por momentos seguramente fueron ingenuas, respondió cada una de mis dudas. Ese fue mi estreno. Después pasarían unos cuantos partidos más, tal vez con los mismos temores de siempre, hasta que llegó este día: una Copa en su honor. En honor de Ronco Alianelli. Por eso, por él, por ese primer partido como periodista, no podía o no quería quedarme afuera.
“Es un orgullo jugar la Copa en nombre del Ronco. Me habían dejado afuera del equipo pero yo pedí jugarla en honor a él. No hay palabras para describir lo que era, y como decimos siempre antes de entrar a la cancha, nos acompaña desde arriba y hay que jugar por él”, son palabras de ese octavo histórico grandote que tiene el club, el Oso Galli. Cuando mañana se juegue la primera edición de la Copa Ronco Alianelli -en Pinazo, a las 17 horas-, entre las primeras de Belgrano y Centro Naval, el eterno capitán del marrón, Galli, no será el comandante del partido. Esta vez, como parte del mismo homenaje, le tocará a Javier Alianelli ponerse la cinta de capitán. “La idea viene porque mi papá fue infante de la marina y era socio activo del Club Centro Naval. Y con los años, se esforzó para que Belgrano mantuviera relaciones con el club hasta que consiguió que el BAC apadrinara a Centro. Ahora, a siete meses de su fallecimiento, los clubes nos pusimos de acuerdo y organizamos la Copa. Será un orgullo ser el capitán”, sintetiza Javier, tercera línea de Belgrano.
El Ronco era un hombre del club, de ésos que estaban siempre para ayudar, para dar una mano en los micros, en los entrenamientos, en las giras, en todo lo que se necesitara. Pero sus primeros tackles no los hizo en Virrey del Pino, sino en Obras y recién a los 13 volvió este pilar al club. Disfrutó cada temporada hasta que La Armada se lo llevó al Sur. Volvería recién para llevar a su hijo en la pre décima y desde ahí, no se alejó más. Cosechó amigos, anécdotas y sobre todo, cariño del sincero. “Vamos a quemar las naves” o “en el único lugar donde éxito está antes que sacrificio es en el diccionario”, son sus frases más recordadas entre los jugadores. “Tenemos miles de anécdotas, pero algunas no se pueden contar”, confiesa Galli. Era un apasionado del rugby. Cuenta Javier que la noche anterior a jugar la final de la camada 85 contra el Sic, en el Sic, se despertó ante los gritos de su mamá que se quejaba porque el Ronco le había hecho un tackle mientras dormía. Es que el loco ya soñaba con el partido, era tan fanático que mandaba a lavar las pelotas con cif antes de jugar.
Mañana será tiempo para recordar miles de historias más porque además en el equipo de enfrente, también habrá amigos. “Alianelli fue oficial de la Armada Argentina, ingresó en el año 1967 y siempre fue un entusiasta del rugby. Cuando Centro Naval quiso comenzar a jugar al rugby para afiliarse a la URBA, se necesitaba un club padrino y fue Belgrano quien nos ayudó gracias a él. Todas las cosas que emprendió las hizo con muchísima voluntad, fue un hiperactivo y le ponía mucho calor a las cosas que hacía, un entusiasta. Con el tiempo hemos compartido muchas cosas y nos considerábamos grandes amigos. Es un honor tener esta Copa con nosotros”, cuenta Oscar Ulton, Presidente del Club Centro Naval. Y hasta el capitán de la visita, Santiago Giogi, lo siente así: “Es una Copa muy importante. Nosotros habíamos jugado contra Belgrano el año pasado pero ahora a raíz de la pérdida de un histórico de Belgrano y del club, como fue Norberto Alianelli, le pusimos nombre. El Ronco fue nuestro padrino para entrar a la URBA, y por eso va a ser un honor jugar en homenaje a él”. Mañana será tiempo de recordarlo, pero en la previa su amigo Tinker Voltan y Juan Marchetti le dedican unas líneas:
El Ronco según Juan Marchetti, de Floresta Rugby Club
“El Ronco fue el primero en confiar en nosotros, en el proyecto. Era un tipo muy alegre, lleno de ganas de hacer cosas, me acuerdo que el primer día que vino a darnos una mano con Javier y con Alejandro Voltan estaba chocho de felicidad. El estuvo desde el inicio, cuando había 20 chicos, colaboró varias veces y después nos manteníamos en contacto por mail. Siempre estaba dispuesto a saber cómo andaba Floresta y si necesitábamos algo. Fue el primero en abrirnos las puertas y traernos materiales para el club. Era un tipo que tenía cinco y te quería dar seis, y nos trataba como si nos conociera de toda la vida. Las veces que vino a los entrenamientos charlaba con los padres, con los chicos, era un tipo muy simple, muy directo. Simplemente, un grande”.
Columna de Tinker
Es realmente difícil de asimilar que a menos de un año de la partida de nuestro querido Ronco, ya estemos jugando una copa en su MEMORIA.
En cada lugar del Club, de los entrenamientos, de los vestuarios, de las canchas, del quincho, del Pavillion y hasta de la pileta, aun sigo buscándolo, aun se me sigue apareciendo su sonrisa y su imagen, ya que el vacío es muy grande y se nota en cada instante y en cada lugar.
Su voz, su carpeta, su andar y fundamentalmente su calidez se extrañan y mucho.
Como ya dije alguna vez, no hay una camiseta de El en un cuadro, tampoco una foto de jugador…pero su ESPIRITU está diseminado en todo el Club.
Yo creía tener cicatrizada la herida, pero recordándolo en una charla con mis jugadores de M-17…me QUEBRE y las lagrimas me impidieron seguir hablándoles a los jóvenes, sin hacer antes una pausa, respirar profundamente y tomar valor de nuevo.
Mañana, 21 de Marzo de 2009, se juega la primera edición de su copa, una DISTINCION muy GRANDE para todos los que tengan la suerte de entrar a la cancha, para sencillamente volver a RENDIRLE TRIBUTO, volver a decirle ¡Gracias Ronco! Lo que nos enseñaste, lo que nos educaste, todo eso no están en ningún libro. Está solamente en tu forma de ser, en tu forma de querernos, en tu actitud de vida y fundamentalmente en tu ejemplo.
Yo creo que los hombres mueren, cuando ya nadie los recuerda, porque mientras haya alguien pensando en uno, ese uno estará presente en este mundo y en el caso tuyo, Ronquito, para Mi estás más VIVO que nunca.
Con el AFECTO de siempre. Tinker
Perder no existe
Por Natalia Florio
1 comentario:
realmente emotivo homenaje!
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